Si bien vivir muchos años es una gran noticia, esto no se trata únicamente de hacerlo más sino de que sea de mejor calidad. Actualmente, la mayoría de problemas graves de salud se han trasladado hacia lo que se denomina la “cuarta edad”, es decir, a partir de los 80 años.

Si algo es cierto, la calidad de vida al hacernos mayores ha mejorado a comparación que la de hace unos años. Sin embargo, enfermedades como el Alzheimer amenazan la salud y el bienestar más en esta etapa de la vida. Pero para nuestra fortuna, dicen que el Alzheimer se puede prevenir.

¿Es posible prevenir el Alzheimer?

Aunque la edad es el principal factor de riesgo para desarrollar Alzheimer, esta enfermedad es una consecuencia completamente evitable al envejecer. Si bien en los años 50 se creía que la arteriosclerosis o el colesterol estaban vinculados inevitablemente al envejecimiento, hoy sabemos que existen determinadas causas como la hipertensión, la diabetes o la obesidad que pueden determinar un mayor riesgo de padecer ese tipo de enfermedades cardiovasculares. Lo mismo ocurre con el Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer suele diagnosticarse a partir de la tercera edad, es decir, 65 años, por lo tanto, este aspecto (la edad) y ciertos aspectos genéticos (influyentes pero no determinantes) se encuentran dentro de los factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad. Eso no lo podemos cambiar, por lo que hablamos de factores de riesgo no modificables. 

Los doctores comentan que existen otros factores que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad y que son posibles de cambiar. Múltiples estudios relacionan la salud cardiovascular con la salud cerebral, por lo que cobra especial relevancia aquello de que lo que es bueno para el corazón, también es bueno para el cerebro.

Esto quiere decir que para mantener nuestro cerebro en forma debemos controlar los factores de riesgo cardiovasculares. Seguir una alimentación saludable, acabar con el sedentarismo y dejar el tabaco son hábitos que nos ayudará a tener un cerebro más sano y reducir las posibilidades de desarrollar enfermedades como el Alzheimer.

No hemos de olvidarnos tampoco de mantener una vida social activa y estimular nuestra mente. Nunca es tarde para empezar a cuidarse y adoptar hábitos de vida más saludables.

Estas son cinco cosas que podemos hacer para ayudar a prevenir el Alzheimer:

  1. Controlar la hipertensión, el colesterol, la obesidad y la diabetes. Es importante llevar un buen control de los factores de riesgo vascular con nuestro médico de cabecera.
  2. Seguir una dieta mediterránea. En ella están todos esos alimentos que tan positivos son para nuestra salud: aceite de oliva virgen extra, frutos secos, legumbres, verdura, fruta y pescado. Hay que evitar los alimentos procesados, las grasas saturadas y las carnes rojas y embutidos en exceso.
  3. Hacer ejercicio físico moderado. No es necesario hacer grandes esfuerzos, pero sí salir todos los días a andar y moverse. Cualquier actividad adaptada a las características de cada persona puede ser francamente saludable.
  4. Plantear pequeños retos a nuestra mente. Participar en talleres, cursos, leer, aprender un nuevo idioma o sencillamente resolver crucigramas son algunos ejemplos de actividades que podemos realizar en nuestro día a día y que nos ayudarán a mantener activo nuestro cerebro.
  5. Tener una vida social activa. Las relaciones sociales son excelentes para mantener activas las conexiones neuronales. Relacionarse y estar en contacto con el entorno familiar y el círculo de amigos, así como conocer gente nueva, es beneficioso para nuestro cerebro.

Fuente: Diario Milenio

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