18 Dic Javier Albornoz: “Añoro la Drolanca de hace 25 años”
Decir que Javier Albornoz se formó en Drolanca es quedarse corto. Y es que este economista, graduado en la Universidad de Los Andes (ULA), ha desarrollado no sólo su vida profesional, sino lazos afectivos con una empresa a la que ha visto crecer y prosperar.
Recién graduado y con ganas de trabajar, su primer trabajo fue como vendedor de libros para una papelería en Mérida. Poco tiempo después le ofrecieron la oportunidad de abrir una sucursal en El Vigía, reto que aceptó, a pesar de que no tenía experiencia como vendedor.
Debido a su trabajo comenzó a tener contacto con empresas de la localidad, entre ellas Drolanca, en la cual decidió dejar un currículo para probar suerte. “Eso fue en el año 92, estaba recién inaugurada la sede actual, y recuerdo que me atendió el Dr. Medina, quien era el gerente de servicios generales. A la semana me llamaron, me entrevistó Abundio Meza, quien era el gerente general. Después me entrevistaron todos los directivos de esa época, uno por uno, fue como un mes de entrevistas, y finalmente califiqué como supervisor de Telemercadeo, y ahí empecé”, relata.
Seis meses gracias a su desempeño lo promovieron a coordinador de Ventas, de allí fue gerente de Ventas. Poco tiempo después fue nombrado gerente de la Sucursal El Vigía, y luego Gerente Nacional, cargo en el cual tuvo la oportunidad de participar del crecimiento de Drolanca de primera mano, pues llevó a cabo la apertura de las sucursales de Maturín, Maracaibo, Coro, Maracay y Caracas.
“He visto todo el crecimiento de la Corporación, y he estado en todas las áreas medulares, en todos los procesos. El único que me falta conocer es el proceso financiero, lo cual vendría a complementar mi área de conocimiento, pues tengo una maestría en gerencia empresarial”, señala.
Afirma sin dudar que toda su trayectoria profesional la tiene en Drolanca, donde también ha tenido su crecimiento personal, pues se ha desempeñado en áreas que no conocía, pero en las cuales ha visto oportunidades de desarrollo, “estar en un estatus cómodo, tiende a que uno decaiga en su rendimiento”.
Él mismo considera tener un gran sentido de pertenencia con la empresa, en la cual ha tratado en las distintas áreas en las que ha estado, de dejar un legado, una experiencia que le sirva a las nuevas generaciones.
De Drolanca comenta que es una empresa muy familiar, sólida, generadora de empleos y de estabilidad laboral. Dice añorar los viejos tiempos, no porque fueran mejor o peor que ahora, sino porque existía una gran afinidad entre todos los trabajadores.
“Anteriormente éramos como una familia, todos nos ayudábamos, no importa que estuviéramos en un área u otra, había mucha hermandad. Trabajamos hasta 16 horas, cuando teníamos que estar en operaciones el mismo Dr. Pulido bajaba a despachar, todos los compañeros, era una compenetración muy grande, no mirábamos si nos íbamos a las 4 de la mañana y teníamos que estar a las 7, lo hacíamos sin problemas. Yo añoro a la Drolanca de hace 25 años”, dice el actual gerente de la Sucursal El Vigía.
Aconseja a las nuevas generaciones que se formen, que no se queden estancadas, porque la competitividad en el mercado es muy agresiva. No obstante no es suficiente con la preparación si no la mística con la que se hace el trabajo.
“Yo lo que siempre le inculco a mi gente y siempre los llamo a la reflexión, y es querer el trabajo donde uno está, dar lo mejor de uno en el trabajo en el que esté. Ni los años de experiencia ni los títulos generan estabilidad, la genera la constancia del trabajador para con la empresa”, reflexiona.
